Todos notamos ese “subidón” cuando cruzamos la línea de meta de una carrera, al terminar un buen entrenamiento o al acabar una pachanga de fútbol con nuestros compañeros del trabajo. Pero, ¿a qué se debe esto? Esta euforia tiene una explicación científica que podemos encontrar en las tres hormonas que segregamos cuando hacemos ejercicio. Os las presentamos:

Endorfinas: también conocidas popularmente como “hormonas de la felicidad”, y eso son precisamente. Tienen un efecto similar al de los opiáceos y actúan como analgésicos naturales. Su acción es inmediata tras el ejercicio y son las “culpables”, por ejemplo, de esa sensación de alegría al terminar una competición. En el caso concreto de los runners hablamos del fenómeno conocido como “euforia del corredor” o runner’s high.

Dopamina: la dopamina es una hormona y neurotransmisor que nos hace asociar el ejercicio físico con una sensación placentera. Al crear el vínculo actividad física – placer esto desembocará en el deseo de repetir la actividad para obtener las mismas sensaciones: por eso decimos que el deporte engancha.

Serotonina: otra hormona relacionada con el bienestar. Influye en nuestro estado de ánimo y además actúa como un reloj interno de nuestro cuerpo: es la encargada de regular, entre otras cosas, los ciclos de sueño y vigilia, y también puede regular el apetito y la ingesta

¿Y tú, te animas a hacer ejercicio con nosotros este verano?